Capítulo 2
Abrí lentamente los ojos, ya era el día tan ansiado, el día
que no quería que llegase. El día en el que me distanciaré de mi familia, de
mis amigos, de mis fans, de ti.
“Hola, espero que estes bien, solamente escribo para decirte
que hoy es la ceremonia de enlistamiento, apenas puedo creer que ese día haya
llegado.
No tienes idea de lo difícil que serán estos dos años sin ti.
Voy a extrañarte bastante, daré lo mejor de mí. Lo haré bien y me esforzaré
mucho. Haré que te sientas orgulloso de mi, ya lo verás. Por favor espera por
mi. Regresaré sano.
Yunho-ssi, espero que recibas este mensaje y respondas a la
brevedad.
Jae”
Terminé de escribir aquel texto y presioné la tecla activando
la función de “enviar”, suspiré pesadamente mientras esperaba una respuesta;
ahora dudaba si realmente el número era el mismo.
A pesar de haber enviado el mensaje al número registrado
anteriormente cuando ayer me llamó, ahora es demasiado difícil guardar algo de
discreción.
Hace aproximadamente cinco años que ocultamos todo. Desde aquella
demanda y cuando la agencia (SM Ent.) hizo que nos betaran, él y yo buscamos la
mejor manera de comunicarnos, es entonces cuando Yunho comenzó a buscarme de
forma clandestina, lo cual fue algo conmovedor, puesto que creí que todo ya
había terminado, finalmente no fue así. Cambiando de número seguidamente me
contactaba y hacíamos largas llamadas telefónicas, otras veces hablábamos a
través del chat de Kakao Talk, era difícil el hecho de que muy seguido cambiaba
de número, todo porque su agencia controla absolutamente todo lo que hace. De
llamadas y chats pasamos posteriormente a tener encuentros, salir a lugares y
encontrarnos “casualmente”, o dejar que vieniese a mi casa, todo ello en altas
horas de la madrugada, pues así estaba menos vigilado. En fin, ha sido un
periodo muy largo y difícil, en estos meses ha tenido la agenda bastante
apretada y no me llegan mensajes suyos. Y ahora que me hubiese gustado verlo,
simplemente no puede porque tiene un concierto en puerta. Increíble.
Después de haberme dado la ducha más larga de mi vida, decidí
que no era necesario arreglarme, después de todo, ahora no seré más un idol,
por lo que solamente me puse unos tenis y vistiéndome completamente de negro
decidí que era el atuendo perfecto para la ocasión. Espero que mi familia tenga
un poco de tiempo para mi, después de todo, no me verán en dos años.
Dí un último respiro y tomando las llaves del carro salí de
la casa.
Una vez dentro comencé a conducir para dirigirme al campo de
entrenamiento, donde nos nombrarán a todos para luego darnos un último momento
con la familia, y entonces, comenzará el verdadero entrenamiento. De solo
pensar en ello me ponía cada vez más nervioso al grado de sentir que mis manos
sudaban mientras sostenía el volante.
A pesar de pensar en lo que vendría para mi en estos dos años
de servicio, seguía sin poder sacarme de la mente a Yunho, este largo periodo
sin él, aún recordando sus consejos para poder tranquilizarme, solamente
escuchando su voz en mi cabeza.
“Jaejoong, estarás ahora en entrenamiento por defender al
país y tú no debes mostrarte débil ante eso.”
Eso es. Debo ser fuerte, estoy ante uno de las más grandes
responsabilidades de mi vida, no solamente de mi carrera. Aún así… me hubiese
gustado que buscaras la manera de que estuvieses conmigo, ¿acaso era tan
difícil, Jung Yunho?
“Jae no puedo arriesgarme, no aún. Si ellas o los medios
notan mi presencia, seguramente la agencia me sancionará.”
Fans. Hice una promesa con ellas, y estoy seguro de que
podrán cumplirla, ellas son muy diligentes en ello, además cuando hay un
vínculo de confianza entre idol y fan, no hay promesa que no sea cumplida…
—¡¿Qué rayos es eso?! —alcancé a pronunciar al ver el gran
tumulto que se aproximaba ante la cercanía de mi vehículo—.
«Yunho tenía razón» Ahí estaban ellas, a quienes había visto
un día antes, con quienes había hecho la promesa y les dije que necesitaba algo
silencioso y no público, miré de reojo y alcancé a ver algunas cáramas. SBS,
KBS, MBC, las cadenas más importantes estaban ante la espera de que seguramente
salude brevemente para luego seguir mi camino. Imposible. No solamente hice una
promesa con ellas, también la hice conmigo mismo. Respiré profundamente y sentí
una lágrima rodar por mis mejillas, de nuevo la melancolía me invadía. Negué
para mi mismo y sacando unas gafas negras de la guantera, me las coloqué para
así poder atravesar el corto camino que quedaba hacia la puerta del campo de
entrenamiento.
“¡Kim Jaejoong! ¡Kim Jaejoong! ¡Kim Jaejoong!”, resonaban las
voces femeninas diciendo mi nombre una y otra vez mientras cruzaba la entrada
con mi vehículo blanco, mi mirada era borrosa por las lágrimas acumuladas,
alcancé a notar algunas cosas; la mirada de los fans, algunas lloraban mientras
decían mi nombre, otras agitaban con enjundia la bandera de mi país mientras
que algunos flashes eran disparados. Decidí darme prisa y entré con mi vehículo
escuchando como se reducían esas vocecillas coreando mi nombre, ahora
necesitaba ir rápidamente con mi familia, aunque sea un corto tiempo.
—Nuestro Jaejoong va a hacer bien su trabajo —sonreía mi
padre mientras me decía aquellas palabras dándome unas palmaditas en la
espalda—.
—Lo haré bien,padre —asentí sonriendo levemente para
finalmente darle un cálido abrazo de despedida. Se que estará orgulloso de mi—.
Después de abrazar a mi padre, vi que mi madre y mi hermana
mayor lloraban, me rompió el corazón verlas a ellas así, me acerqué a
abrazarlas del mismo modo diciéndoles que las extrañaré mucho.
—Las niñas se han quedado en casa llorando. Ellas realmente
querían estar contigo. —mencionó mi hermana mientras sollozaba —
—¿Por qué no las trajiste? —me atreví a preguntar—.
—No quería que las vieras tristes, estamos muy contentas por
ti —mi hermana trataba de sonreír pero le era imposible, por lo que poco a poco
mis lágrimas hacían acto de presencia—, ¡Aigo! ¡Jaejoong no debes llorar! —me
abrazó mi hermana fuertemente acariciando mi espalda— Jaejoong es fuerte, ¡Lo
harás bien!
“Atención a todos los reclutas, se les solicita en el campo
para el inicio de la ceremonia. Repito, a todos los nuevos reclutas, al centro
del campo para el inicio de la ceremonia”
La voz proveniente de aquel altavoz era firme. Respire
profundamente y asentí para mi mismo. Ya era hora. Abracé a mi madre que no dejaba
de llorar tratando de tranquilizarla, abracé nuevamente a mi familia, a quien
tanto le agradecí que estuviese conmigo ahora. Me separé levemente de ellos y
sonreí.
—¡Por favor regresa sano! —pronunció mi madre tratando de
controlar su llanto—.
Entonces asentí y haciéndoles un saludo militar, me retiré de
ahí para pasar al centro del campo, al llegar un poco tarde, estuve en una de
las últimas filas, parado, esperando a que todo comenzara, observé a mi
alrededor. Cielos, nunca pensé que esto estuviese tan lleno de gente, sin duda
es aquí donde te das cuenta de que tu no eres el único que dejará a su familia,
sino que son muchas familias las que lloran por la partida de un ser querido
para servir al país cumpliendo con el servicio militar.
El tiempo transcurría y nosotros seguíamos ahí, firmes ante
todo, los generales daban discursos de bienvenida y tras una firme voz que nos
indicaba repetir y protestar, hicimos un juramento en voz alta de servir con
bien al país, protegiendo a su gente y a toda la nación en general.
Después de ello, cantamos con firmeza el himno de nuestro
país colocando la mano en el corazón, demostrando que somos fieles a nuestra
nación, que amamos y que en efecto, nunca defraudaremos a nuestra patria.
Posteriormente entonamos el himno de las fuerzas armadas y haciendo un saludo
honorable, éramos oficialmente soldados en entrenamiento.
A través del altavoz, aquella voz firme nos hizo dar media
vuelta, para entonces, todos nosotros tomamos con fuerza nuestro pequeño bolso
donde teníamos algunas pertenencias, y mirando hacia el horizonte, las puertas
de la zona militarizada habían sido abiertas ante nosotros, y tal cual nos lo
indicaron, comenzamos a marchar. Ahora era el final del idol, y el comienzo del
soldado. De esta manera nos adentramos a nuestra zona, alejándonos de todo.
Todo el camino nos habían hecho marchar como podíamos, para
finalmente llegar a una especie de instituto muy bien equipado, teníamos una
zona muy amplia donde se encontraban dormitorios, baños, salones, parecía una universidad,
con la única diferencia del uniforme militar.
“¡Atención! Todos formen dos filas”, aquella voz del altavoz
nuevamente hacía acto de presencia, ya debemos seguir órdenes y apenas vamos
llegando. Esto me hacía sentir tan extraño. Avanzamos a paso veloz hasta entrar
en una de las habitaciones del lugar, el cual estaba lleno de uniformes, la
puerta estaba siendo vigilada por un par de guardias, además de haber otros
militares en su interior.
—Pasen en grupos de cinco personas. Elijan bien sus uniformes,
hay de todas las tallas, sólo pueden elegir dos pares de uniformes y un solo
par de botas, apenas tengan el uniforme pasen inmediatamente a cambiarse y les
indicaremos donde se encontrarán sus casilleros. Ahí tendrán el espacio
suficiente para guardar sus cosas. Todo les será proporcionado por nosotros,
por lo que no podrán conservar ningún objeto personal, todo lo que ustedes
tienen, el día de mañana será enviado a casa con su familia. Mañana les
explicaremos detalladamente este proceso, ahora busquen su uniforme.
De acuerdo, ahora esto es real, nadie en este lugar habla de
manera suave, todos aquí son rígidos y muy formales. Tragué saliva imaginando
que de un momento a otro tendré que seguir todo lo que ellos digan, con cuidado
revisaba los uniformes buscando uno que quedara a mi medida, ya que la última
vez que tuve uno fue para un drama y realmente me quedaba algo grande, sin
embargo, sentía que estaba en una situación embarazosa, todos me miraban, y no
dejaban de hacerlo, me sentía literalmente observado, por lo que solo me
limitaba a sonreír nerviosamente mientras probaba mis botas. Una vez tomados lo
uniformes, y siguiendo con las indicaciones previas fui a cambiarme de ropa.
Ajustando un poco mi uniforme y amarrando fuertemente los
cordones de mis botas me miré al espejo quedando sorprendido de mi mismo,
definitivamente éste no era yo. Ahora soy una persona diferente, el nuevo Kim
Jaejoong.
uu que buen capitulo es como estar junto al cuando entro al ejercito con sus miedos y todo lo de mas gracias por este muy buen capitulo
ResponderBorraruu que buen capitulo es como estar junto al cuando entro al ejercito con sus miedos y todo lo de mas gracias por este muy buen capitulo
ResponderBorrarTan diferente de Jaejoong idol al Jaejoong soldado pero tan tremendamente igual de bello y guapo y eso nadie se lo quita.
ResponderBorrarGracias!!!