lunes, 13 de abril de 2015

Love Melody - Capítulo 2



Capitulo 2

Jung Yunho, un joven con muchas fortalezas, virtudes, pero sobre todo, talento. Un nuevo día comenzaba y el joven castaño caminaba por los pasillos de la Academia en busca de un poco de aire fresco mientras se dirigía a su salón.

Él se sentía muy feliz, ya que era la primera vez que se reunía con grandes ejecutivos en el ámbito musical, tanto que no se dio cuenta de que, por accidente, había perdido uno de sus objetos más preciados que conservaba.

―Yunho ssi ―le llamaron, a lo que respondió con una leve reverencia―.

El chico que lo hablaba era pelirrojo, con aspecto infantil, él era su amigo de casi toda la vida, Kim Junsu. Eran amigos desde la primaria y era el confidente perfecto de Yunho; el castaño le contaba todas sus cosas y el pequeño siempre que podía, lo aconsejaba.

―Oye ―le dijo―, escuché en los pasillos que alguien ―haciendo énfasis en la última palabra―, ya tiene un contrato.

A lo que el joven castaño respondió con una sonrisa.

―En efecto, la escuela contrató abogados para que revisaran el contrato, sin embargo dijeron que no había problema alguno si firmo.
―¿Revisaste el contrato, Yunho? ―se atrevió a preguntar el menor―.
―Por supuesto ―sonrió confiado―.
―y …¿Cuándo comienzas?
―En un mes ―sonrió ampliamente―.
―¡Muchas felicidades! ―su amigo le dio un fuerte abrazo que inmediatamente correspondió―.
―Gracias. No sabes lo feliz que estoy, es decir, he esperado esto por años.
―Era de esperarse. Eres el mejor de esta Academia, oye, y ¿Qué hay del chico nuevo?
―¿Quién? ―preguntó algo dudoso―.
―El nuevo, para el que tuviste el “honor” de tocar en el evento de la Academia.
―Ah, él. No lo sé, no lo conozco del todo aún. Se presume que canta, pero no lo hemos escuchado, cosa que me parece algo injusta, ¿No lo crees?

El joven pelirrojo asintió mientras ambos entraban a su salón para tomar asiento.
Yunho, a pesar de ser el mejor de su clase, siempre se sentaba en el rincón de la última fila de sillas, para él era más cómodo un lugar donde se sintiera solo, cuando era más pequeño, no tuvo muchos amigos, hasta que en un día de primaria de otoño, conoció a un pequeñito que se ofreció a ser su amigo.

“―Ho..Hola ―un pequeño de escasos 7 años estaba de pie frente a él, era de baja estatura y cabello castaño claro, su piel era muy blanca, tanto que parecía como si estuviese algo pálido―.
―Hola ―sonrió el pequeño Yunho de 9 años― ¿Qué haces por aquí, pequeñito? Tu salón esta al otro lado.
―Lo..Lo se, pero…¿pu..puedo esconderme aquí? ―pregunto timidamente―.
―¿Esconderte? ―alzó un poco la ceja el castaño―, ¿De que?
―De…de…―escuchó el pequeño varios pasos que se acercaban rápido y unos niños de más edad corrían por los pasillo de la escuela haciendo que el menor se escondiera y aferrara detrás de la espalda de Yunho―.
―¿De ellos? ―preguntó, a lo que el pequeño asintió despacio haciendo un pequeño puchero―.
―¿Qué te han hecho? ―preguntó sorprendido el mayor―.
―Na..Nada…pe..pero quieren golpearme por ser pequeñito ―bajó la mirada el menor―.
―Vamos con la directora, veras que…
―¡No! ―exclamo―, si le dices a la directora me..me..go…golpearán más fuerte…no quiero que duela mucho ―el pequeño comenzó a sollozar, tenía mucho miedo―.
―No voy a dejar que te golpeen ―sonrió―.
―¿De..de verdad? ―yunho asintió recibiendo como respuesta un gran abrazo del pequeñito―.

Finalmente, convenciendo al menor y vigilando  que no haya nadie que aparentara peligro, salieron para ir a la oficina de la directora, de pronto se escucharon unos gritos y lloriqueos de otro pequeño en el fondo de uno de los pasillos de la primaria.

―Otra vez…―susurró sollozando el menor―.
―¿son ellos? ―preguntó, a lo que el menor asintió―.
―Estan golpeando a otro niño de mi edad…siempre lo golpean a él, su cara ya no es la misma ―hizo un puchero―.
―Esto es grave, vamos ―corrieron juntos hasta llegar a la oficina de la directora―.

Una vez ahí, le comentaron de todos los problemas que ha habido y que pequeñito había contado con mucho miedo, lloraba mientras narraba las cosas que ha visto que les hagan a muchos niños de su salón. La directora estaba frustrada y algo enojada por lo que está pasando, por lo que retiró a los dos niños de la oficina para agendar citas y hablar con las mamás de los niños más grandes y ver cómo resolver esta situación que evidentemente estaba saliéndose de control.

Al día siguiente, el pequeño Yunho se encontró a su nuevo amiguito saltando felizmente en la escuela, cosa que hizo sonreír aliviado al mayor, el peligro había pasado.

El menor le contó que expulsaron a los niños malos, de pronto, un pequeñito con la cara hinchada entraba a la escuela caminando despacio, sintió una enorme necesidad de ir a ayudar al pequeñito con sus cosas, pero una tímida mano halando de su camiseta se lo impidió.

―¿Me acompañas a mi salón? ―el pequeño Yunho sonrió tiernamente, ya que sin darse cuenta, había encontrado a un nuevo amigo―.”


―¿Yunho?...¡Yunho!
―Ah…¿Qué?... ―ese último grito había sacado al mayor de sus pensamientos―.
―¿En que pensabas? Te perdí por un momento.
―Nada, solo cosas.
―De acuerdo ―rodó los ojos el menor y notó algo extraño―. Oye, creí que no te desharías de aquel anillo.
―¿Eh? ¿De que hablas? ―reía un poco―, justo aquí lo tengo conm…―el mayor enmudeció cuando al tocar su pecho no sintió aquel aro plateado que siempre colgaba como dije―. No esta…―se escuchó casi como un susurro―.

El castaño rápidamente se levantó de su asiento y comenzó a buscar por  todo el salón llamando la atención de sus compañeros.

―¿Pasa algo Sr. Jung? ―el profesor, quien escribía algunas partituras en la pizarra volteó ante el escándalo que comenzaba a formarse―.
―Acabo de perder un objeto valioso. Disculpe profesor, ¿Podría salir un momento?
―De acuerdo, pero no haga más escándalo por favor. ―el joven asintió saliendo del salón―.

Comenzó a correr por el pasillo con la mirada en el suelo, buscando algún objeto tintineante o color plateado, ese anillo era muy importante para él, por algo no podía despegarse de él.

―Maldita sea, ¿Dónde esta? No puede haberse perdido, no. ―susurraba sin dejar de correr por el pasillo―.

El ruido de las pisadas de Yunho comenzó a llamar la atención de los alumnos de los diversos salones, entre ellos Jaejoong, quien se asomó tímidamente por la ventana, observando que buscaba con urgencia algo. El anillo que ahora él poseía.

Por instinto se tocó el bolsillo del pantalón, sintiendo aquel anillo, y por un momento se sintió culpable, sin embargo pensaba que no era el momento aún para regresarlo.


Pasaron los minutos y las clases continuaban, sin embargo, Yunho se sentía desesperado, necesitaba encontrar ese anillo aunque fuese lo último que hiciera.

―Oye, mira la ventaja, sin ese anillo, las chicas de la academia … e incluso los chicos de aquí comienzan a verte mejor, tendrás pretendientes.

Junsu quería darle un pequeño codazo a su compañero pero éste lo detuvo con algo de brusquedad y lo miró seriamente.

―Junsu, yo ya no quiero nada más. Eso es lo único que me queda, y ahora lo he perdido. ¿Tienes idea de como me siento?
―No lo se. Pero solo me gustaría que dejaras de aferrarte a aquello, no es bueno para ti.

Si hay algo que le molestaba al mayor era que a veces las personas lo juzgaban por lo que hacía e incluso se sentían con la autoridad suficiente para entrometerse en su vida. Así que para evitar discusiones Yunho solamente se quedó callado.

Las horas transcurrían y las clases finalizaron, Jaejoong pensó que ya era tiempo de regresarle aquel anillo, quería conocer más al chico del cello, paseaba tímidamente por toda la academia tratando de buscarlo sin éxito alguno, cuando de pronto, estando a punto de salir del lugar, escuchó unos sollozos provenientes de algún lugar cerrado, Jaejoong comenzó a caminar sigilosamente hasta llegar a un pequeño salón, se asomó tímidamente y encontró a un Jung Yunho destrozado, abrazando sus rodillas y llorando desconsoladamente en un pequeño rincón de aquel aula, al rubio se le partía el corazón al ver tal figura ejemplar y majestuosa derrumbada por sus propios sentimientos de culpa, y el menor se sentía aún más culpable por poseer el objeto que puede cesar sus lágrimas. 

Respiró profundamente y decidido a regresar aquel objeto estaba por entrar, cuando de pronto el castaño se puso de pie y comenzó a caminar rumbo a la puerta para salir del salón, entonces Jaejoong se escondió para que no lo descubriese y, esperando a que el castaño se alejara a una generosa distancia, comenzó a seguirlo, debía de regresarle ese objeto tan preciado que sin duda le dolió perder.



Los pasos se alargaban y la distancia que recorrían también, al frente iba un Yunho deprimido, con la mirada perdida y fija en el suelo,  nariz algo sonrojada y ojos llorosos algo enrojecidos, pasos firmes que lo guiaban por si mismo, y unos cuantos pasos más atrás, se encontraba un Jaejoong preocupado, tímido y temeroso por lo que pudiese ocurrir, culpable de lo que pasaba ahora por la mente de Yunho.

A medida que pasaba el tiempo, el rubio pudo divisar un lugar muy conocido, una vez que lograron entrar, los pasos del rubio fueron más pequeños, respetando el espacio del castaño, pues sin duda, se encontraban en un lugar que exigía el respeto absoluto. Habían llegado al panteón.

Jaejoong solo podía divisar como Yunho se acercaba a una de las tumbas que ahí se encontraban y hacía una reverencia de respeto ante ésta; por otro lado, Yunho se sentía devastado y las lágrimas regresaban de nuevo, tomo algo de aire, y hablo directamente hacia la lápida.



―Hola ―sonrie un poco―, se que ha pasado algo de tiempo, te pido una disculpa, la academia de artes musicales me tenía ocupado, me ha ido muy bien. ¿Sabes? Pronto empezaré a ser un músico profesional, estoy muy feliz por eso. Pero…bueno, yo…no se como decirte esto pero…extravié el regalo…tu regalo ―las lágrimas corrían por sus mejillas―, lo siento mucho Ha Neul, yo…soy un tonto, es lo único que me queda de ti y…lo he perdido, ya no se que hacer bebé. Te extraño mucho amor, extraño tus risas, tus abrazos, pero sobre todo  tu voz. Eres tan perfecta que, a pesar de que han pasado los años desde que te perdí por culpa de aquella maldita enfermedad, no te he podido sacar de mi mente y mi corazón. Te extraño pequeña. ―cayó de rodillas llorando ante la lápida―.


Jaejoong, a pesar de no poder escuchar lo que pasaba gracias a la distancia que los separaba, pudo notar lo dolido que estaba, se fue acercando poco a poco escuchando un poco más lo que pasaba dándose cuenta de que había perdido a su amor…y que ese anillo, era un símbolo de todo el amor que se tenían, algo que, por alguna razón, le dolió aún más por dentro.




Sin embargo, un sentimiento nuevo le invadía, sentía la necesidad de consolarlo, sin darse cuenta avanzaba cada vez más rápido hacia él, y su voz…su voz salió por si sola, comenzando a entonar una melodía…

Barami momum gu shigan jocha, Naegen nomu mojarangol (Aún en los momentos que el viento se detiene, para mi no es suficiente)


Yunho se quedo completamente quieto al escuchar esa voz que poco a poco se acercaba tras él, sin embargo, el decidió no voltear hacia atrás, esa voz, esa letra, solo lo hacían soltar más lágrimas mientras se quedaba mirando a un punto fijo en el horizonte, recordando poco a poco como es que conoció a la pequeña Ha Neul, como es que ella la animaba para tocar los diversos instrumentos en los que es bueno, como es que ella, gracias a su voz, lograba armonizar con los instrumentos y juntos hacían de cada día una hermosa velada musical que deleitaba a más de uno, como fue apoyándola y estando con ella mientras esa horrible enfermedad la consumía día con día, y como es que ella, le regaló ese hermoso anillo mientras él le hacía un juramento donde le prometía cuidar de ese objeto con su vida, así como también nunca jamás dejar la música…



Fly away,fly away love, Fly away,fly away love, Neseng-e dan hanbone sarang-a , Annyeong... (Vuela lejos,Vuela lejos amor, Vuela lejos, Vuela lejos amor.., Y en el más allá te dare mi amor de nuevo, Adiós...)


Yunho se quedo petrificado al escuchar la voz que el rubio emitía al cantar y poco a poco se levantó de donde estaba, cerrando los ojos mientras sus lágrimas corrían, para luego voltear lentamente y descubrir quien estaba detrás de esa hermosa voz que deleitó los oídos del castaño.



―T..Tú…¿Qué…? ―el rubio suspiró lentamente y sintió que sus ojos muy pronto estarían cristalizados al ver a un Yunho destrozado―.
―Yo…te…estaba buscando…y…―intrudujo una de sus manos en el bolsillo de su saco―, solo…quería darte …esto.



Tomó la mano del joven castaño y la abrió lentamente colocando en ella aquel anillo plateado que tanto anhelaba. El castaño abrió los ojos sorprendido ante el acto y no pudo hacer más que abrazar fuertemente al rubio sollozando sin control en sus hombros. Sin darse cuenta Jaejoong se encontraba abrazándolo con la misma fuerza acariciando la espalda de Yunho levemente mientras sollozaba con él entiendo poco a poco sus sentimientos.


Este era tan solo el comienzo de una nueva armonía que poco a poco se formará.

2 comentarios:

  1. *-* no tengo palabras con lo ultimo mi kokoroko… *-*

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  2. Que emotivo capitulo, triste ante la perdida de alguien querido y feliz por el comienzo de una hermosa amistad y de seguro amor.
    Gracias

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