Capítulo 3
―Debiste mostrar ese talento en la escuela…¿Por qué hiciste
eso? ―preguntó Yunho curiosamente―.
Ambos se encontraban en una cafetería, ya algo alejados de
aquel lugar en donde se habían encontrado, un lugar más tranquilo para ambos.
―No lo se …de pronto lo hice.
El castaño miraba fijamente aquel anillo plateado y suspiró
profundamente mientras lo contemplaba.
―No tienes idea de lo que significa este anillo para mi ―levantó
la mirada hacia el rubio―, muchas gracias por traerlo de regreso.
Jaejoong asintió levemente, se sentía satisfecho ya que pudo
ver al mayor nuevamente y con un semblante tranquilo, mucho mejor que cuando lo
había visto hace un rato, desesperado y destrozado. Sin embargo, una parte de
si mismo no se sentía bien, el castaño le atraía, y mucho, pero al conocer ―accidentalmente―
la historia de Yunho, pudo comprender que jamás podrá tenerlo de la forma que
él quisiera, ya que era evidente que nunca pondría sus ojos en alguien más, ya
que estaba cegado por ese amor que ahora ya no se encontraba con él.
―Es un regalo… ―mencionó el castaño interrumpiendo los
pensamientos del rubio―, un regalo de la persona que más he amado en el mundo,
prometí nunca perderlo, y de no ser por ti, mi promesa se hubiera roto y yo lo
lamentaría por el resto de mi vida.
―Entiendo ―dijo finalmente Jaejoong―, ella debió ser muy
importante en su vida, es por ello que, a pesar de todo no puede sacarla de su
mente y su corazón.
El castaño asintió regresando a observar nuevamente ese
anillo que tanto significaba para él.
―Hablo en serio, tu voz es extraordinaria, deberías
mostrarla a todos en la academia ―sonrió levemente―, ahora se porque estudias
ahí ―asintió―.
―”El as de la música” ha hablado ―rió un poco a modo de
bromear con él, ya que le preocupaba que, a pesar de todo, él no quitaba esa
expresión de nostalgia en su rostro―.
―Ella me nombró de ese modo, en un concierto que ofrecimos
ante el presidente de Seúl ―suspira―, al terminar ese concierto, ella me regaló
ese anillo, lo hizo especialmente para mi y para ello utilizó una esclava de
plata que tenía guardada años atrás. Ese día le prometí que jamás me lo
quitaría. Cuando ella falleció, decidí quitarme este anillo del dedo y
colocarlo ahora en mi cuello, a la altura del pecho, un recuerdo, un hermoso
recuerdo que nunca olvidaré.
Sus ojos nuevamente se cristalizaban, y el rubio sentía que
nuevamente su corazón se hacía pedazos, asi que decidió desviar un poco la
mirada y beber un poco de su café caliente, que era justo y necesario ante un
clima tan frío como el que puede ofrecer una tarde de invierno en Seúl.
Al llegar a casa, Yunho se encontraba sentado en su
habitación mirando hacia la ventana, se sentía de cierto modo extrañado ya que,
hubo algo que en ese día llamó mucho la atención del castaño.
No se extrañaba que hubiese alguien que encontrara el objeto
más preciado de su vida y que hiciera que éste regrese nuevamente a sus manos.
Sino que, esa voz, su voz llamaba de cierta forma su atención, el tono que
marcaba al cantar, la expresión que podía percibir con tan sólo escuchar su
voz, le recordaba esos tiempos en los que él tocaba sólo para ella.
Se dirigió hacia un salón en donde él tenía sus
instrumentos, un gran espacio en donde él podía tener esa privacidad y esa paz
que tanto anhela y que tanto le gusta, entonces, tomó un viejo cuaderno que
tenía cerca de su violín, pasó rápidamente las páginas buscando una pequeña
composición que había realizado años atrás cuando iniciaba sus estudios en la
academia.
Se acercó hacia el gran piano blanco que tenía justo al lado
de una gran ventana que tenía una hermosa vista hacia el jardín, tomó asiento y
colocando las hojas de aquella libreta, se dispuso a interpretar aquella
melodía…
Suspiró al interpretar las primeras notas, y poco a poco,
fue dejándose llevar por la melodía, sus finos dedos tocaban delicadamente cada
tecla de ese hermoso piano, como si se tratase del objeto más frágil del mundo.
Con cada nota sus recuerdos aparecían nuevamente, solo una
vez había podido interpretar esa melodía, y fue, en efecto, con Ha-Neul.
Años atrás, Yunho y Junsu compusieron dicha melodía para una
tarea en duos, y Yunho compuso la gran parte de las notas musicales mostradas,
pensando en el amor de su vida, Junsu, por su parte, compuso las letras para
darle voz y formar una hermosa armonía, colocando no solamente al dúo de Yunho
en el primer puesto de calificaciones de su grupo, sino que también, dicha
melodía por si misma fue aplaudida por toda la academia en un evento en donde
los invitados principales eran docentes y directores de diversas academias de
música en toda Asia.
Una noche antes, había preparado una cena para Ha Neul, y
después de ello, la llevó tomada de la mano a su estudio y ofreciéndole las
hojas que había escrito, ella interpretó la canción con tal sentimiento que la
conmovieron hasta las lágrimas mientras su amado Yunho tocaba el piano para
ella.
“―Yunho- ssi ―las manos de Ha-Neul cubrían sus labios,
estaba completamente sorprendida―.
―Y…¿crees que les guste esta canción?
―Todos van a aplaudirte Yunho ―sonreía―.
―Te Amo ―susurró para abrazarla y darle un pequeño beso en
los labios―.
―Te Amo Yunho ―sonreía con lágrimas en los ojos sin dejar de
abrazarlo, agradeciendo cada momento en el que ha estado con ella―.
―Quédate conmigo, quédate aquí y no me dejes solo ―suplicaba
sonriendo y acariciando el cabello de su amada―.
Más ella se quedaba completamente callada y se limitaba a
sonreír. Ella lo amaba más que a nada en el mundo, sin embargo, el hecho de
tener una terrible enfermedad terminal le hacía sentirse terrible de pensar de que en cualquier momento
ella involuntariamente podría dejarlo solo.
―Siempre estaremos juntos ―decía―, pase lo que pase, siempre
estaremos juntos ―sonreía mientras algunas lágrimas recorrían sus mejillas―.
―Pequeña ―la mira preocupado―, ¿Estás bien? ¿Por qué lloras
bebé?
―Estoy muy contenta mi amor ―sonreía para su amado, mientras
por dentro se sentía tan impotente―.
Sin embargo esa noche fue la mejor de su vida.”
Y hoy, volvía a interpretar esa canción para anhelarla y
decirle con el corazón lo mucho que la extrañaba, e inconscientemente, trataba
de preguntarse a sí mismo como es que quedaría una canción de tal magnitud en
la voz de Kim Jaejoong.
Pues, a pesar del
extraño suceso en el cual se conocieron, Yunho estaba absolutamente interesado
en la voz del rubio, su curiosidad por saber de sus dotes vocales aumentaba,
quería saber hasta donde era capaz de llegar. Había algo en su voz, que por más
que no quisiera aceptarlo, le recordaba
a Ha-Neul.
A lo lejos, justo en la puerta de aquel estudio, su madre
observaba lo que su “pequeño músico” hacía en el piano, sabía que algo pasaba,
puesto que esa canción solamente la había interpretado una sola vez. La
extrañaba.
―El joven Yunho se encuentra en el piano ―decía uno de sus
mayordomos al escuchar la música―.
―Esta deprimido ―decía la madre del castaño mientras cerraba
la puerta del estudio lentamente―.
―No creo que sea bueno eso señora.
―Para el no, pero ahí mismo esta su remedio, la música es su
única medicina.
―Entiendo señora ―asentía el mayordomo para finalmente
retirarse del lugar―.
Mientras tanto, Jaejoong se encontraba recostado en su cama,
miraba hacia el techo preguntándose que había sucedido en todo el día. Yunho
tuvo tanta confianza para contarle cosas que son muy personales, y apenas
llevan conociéndose un par de días.
―Jung Yunho… ―suspiró al decir su nombre y de inmediato una
pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro―.
Quizás nunca llegarían a ser algo más que amigos, pero le
encantaba saber que al menos, el mayor comenzaba a depositar su confianza en
él, agradeciendo por una parte que aquel anillo perdido estuvo en sus manos por
un momento.
Jae ..*-* ..se inicia como amigos ..esperemos con el tiempo yunho pueda darse un oportunidad de continuar cln su vida h que mejor que con jae *-* √√√
ResponderBorrarCuanta tristeza y nostalgia hay en Yunho, pero seguro Jae con su amistad (por ahora) lograra que solo sea un hermoso recuerdo.
ResponderBorrarGracias